EL ARBOL DE NAVIDAD EN LA TRADICION.
La tradición navideña se suma, al sin fin de rituales que convierten el árbol, oro, plata u otros materiales, en figuras para adoración, o símbolos para comulgantes.
En el árbol navideño los clérigos han buscado connotaciones bíblicas para respaldar un origen sacro. Pero lo cierto es que éstas provienen de fuentes paganas, y costumbres tradicionalistas post-cristianas. Es importante señalar que ésta connotación o estrategia envuelve a doctos como a indoctos.
El árbol de navidad, según en la Enciclopedia Británica, era común su adoración entre los europeos paganos, práctica que perduró después de la supuesta conversión al “Cristianismo”. Costumbres escandinavas que consistían en adornar casas y graneros con plantas de hoja perenne para ahuyentar al diablo, se habla también de los romanos en la antigüedad quienes arreglaban sus templos con ramas de acebo durante las saturnales, una festividad invernal de siete días dedicada a Saturno, Dios de la agricultura, al mismo tiempo se celebraba al norte de Europa una fiesta de invierno similar, conocida como Yule, en la que se quemaban grandes troncos adornados con ramas y cintas en honor de los dioses para conseguir que el sol brillara con mas fuerza.
Entre las fábulas Babilónicas sobre del árbol se dice que; Semeramis, la madre de Tamus afirmaba que durante una noche, un árbol verde se desarrolló de un tronco muerto. El tronco muerto supuestamente representaba a su esposo muerto, Nimrod, y el árbol de pino llegó a ser el símbolo de que Nimrod había revivido en la persona de Tamus.
Sobre la connotación del árbol en las diversas culturas, baste decir que cada nación construyó su propia leyenda en torno al famoso pino de navidad. Los druidas, los egipcios, los escandinavos, los romanos (quienes adornaban sus árboles con cerezas rojas durante la Saturnalia) entre otros países que absorbieron los ritos paganos; propagando la idea del culto a dioses extraños, agregando las bolas brillantes como símbolo al dios sol.
En este sentido la iglesia Católica adoptó el criterio de perpetuar una sola festividad sin excluir la diversidad de divinidades, y logró incrustar en casi todas las sociedades del mundo después del concilio de Tours celebrado en el año 567, la proclama de que a los doce días comprendidos entre la navidad y la epifanía constituían una época de festividad sagrada.
Hoy nuestra sociedad difícilmente escapa a esta tradición. El poderoso; el de clase media y hasta el menesteroso lo celebran, algunos con las mejores galas y las viandas que le acompañan, sin faltar el licor o uno de los mejores vinos; otros simplemente con pulque o alcohol del 96 el caso es celebrar lo que a los clérigos se les ocurrió; aunque la fecha de tal Natividad no corresponda a una realidad.Pero si no quieres leer.
La tradición navideña se suma, al sin fin de rituales que convierten el árbol, oro, plata u otros materiales, en figuras para adoración, o símbolos para comulgantes.

El árbol de navidad, según en la Enciclopedia Británica, era común su adoración entre los europeos paganos, práctica que perduró después de la supuesta conversión al “Cristianismo”. Costumbres escandinavas que consistían en adornar casas y graneros con plantas de hoja perenne para ahuyentar al diablo, se habla también de los romanos en la antigüedad quienes arreglaban sus templos con ramas de acebo durante las saturnales, una festividad invernal de siete días dedicada a Saturno, Dios de la agricultura, al mismo tiempo se celebraba al norte de Europa una fiesta de invierno similar, conocida como Yule, en la que se quemaban grandes troncos adornados con ramas y cintas en honor de los dioses para conseguir que el sol brillara con mas fuerza.
Entre las fábulas Babilónicas sobre del árbol se dice que; Semeramis, la madre de Tamus afirmaba que durante una noche, un árbol verde se desarrolló de un tronco muerto. El tronco muerto supuestamente representaba a su esposo muerto, Nimrod, y el árbol de pino llegó a ser el símbolo de que Nimrod había revivido en la persona de Tamus.
Sobre la connotación del árbol en las diversas culturas, baste decir que cada nación construyó su propia leyenda en torno al famoso pino de navidad. Los druidas, los egipcios, los escandinavos, los romanos (quienes adornaban sus árboles con cerezas rojas durante la Saturnalia) entre otros países que absorbieron los ritos paganos; propagando la idea del culto a dioses extraños, agregando las bolas brillantes como símbolo al dios sol.
En este sentido la iglesia Católica adoptó el criterio de perpetuar una sola festividad sin excluir la diversidad de divinidades, y logró incrustar en casi todas las sociedades del mundo después del concilio de Tours celebrado en el año 567, la proclama de que a los doce días comprendidos entre la navidad y la epifanía constituían una época de festividad sagrada.
Hoy nuestra sociedad difícilmente escapa a esta tradición. El poderoso; el de clase media y hasta el menesteroso lo celebran, algunos con las mejores galas y las viandas que le acompañan, sin faltar el licor o uno de los mejores vinos; otros simplemente con pulque o alcohol del 96 el caso es celebrar lo que a los clérigos se les ocurrió; aunque la fecha de tal Natividad no corresponda a una realidad.Pero si no quieres leer.
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